jueves, 31 de julio de 2008

REENCARNACIÓN

En el transcurso de los siglos, se han elaborado varias teorías sobre la muerte y el destino del alma:
MATERIALISTA: sostiene que la vida es un viaje del nacimiento a la muerte. La mente es el resultado de ciertas correlaciones de la materia; el hombre es la más elevada vida inteligente del Cosmos; y su inteligencia perece cuando el cuerpo se desintegra después de la expiración. No hay absolutamente nada más allá de la muerte.
TEOLÓGICA afirma que a cada nacimiento un alma recién creada por las manos de Dios entra en la experiencia de la vida, pasando de un estado invisible, a través del nacimiento, a una existencia visible. Al fin del corto período de nuestra vida en el mundo material pasamos, a través de la muerte, al más allá invisible, de donde no se vuelve más y que nuestra felicidad o desdicha queda determinada por toda la eternidad por las obras que hemos hecho durante el infinitesimal período comprendido entre el nacimiento y la muerte. Infinitamente infinitesimal si lo comparamos con el Universo. Esta teoría sostiene la inmortalidad del alma.
REENCARNACIÓN: enseña que cada alma es una parte nacida de Dios, y que está desarrollando todas las posibilidades divinas. Por medio de encarnaciones repetidas en un cuerpo humano, vamos evolucionando gradualmente y desarrollando los poderes dados por nuestra naturaleza divina; que toda la humanidad alcanzará la meta de la perfección y el retorno a su origen, la divinidad. El alma es inmortal pero se desarrolla a través de múltiples encarnaciones.
Este pensamiento, formaba parte de la doctrina cristiana en los primeros siglos del cristianismo primitivo, aquel cristianismo puro, de amor. Luego los intereses humanos trastocaron estas verdades, por la necesidad de mantener el control a través del miedo: tienes una sola vida, por lo tanto una sola oportunidad de ganarte el paraíso o el infierno. Un método muy efectivo para mantener al pueblo bajo control.
EL CICLO: Cuando dejamos el cuerpo físico, nuestro espíritu sube a otras dimensiones. Ahí, repasamos el cometido en esta vida que acabamos de dejar, los aciertos y los errores, acompañados amorosamente por nuestros maestros, quiénes ni juzgan ni regañan, solamente nos ayudan a tomar conciencia de los mismos.
Luego de un periodo de descanso, preparamos un nuevo plan para volver a reencarnar. En él, escogemos la lección que debemos aprender según el grado de nuestra evolución. Así mismo, decidimos quienes serán las personas que nos ayudarán en este nueva instrucción. Entre las almas prontas a reencarnar, nosotros decidimos quienes serán nuestros padres, familiares, pareja, amigos etc. y con su consentimiento, se comienza a tejer la trama de este nuevo aprendizaje mutuo.
Al nacer, olvidamos todo esto, y solo nuestro ser interno nos empuja hacia el camino correcto.
Basado en la Ley de Causa-Efecto, la posibilidad de continuar con las experiencias después de la muerte nos da la ocasión de poner en práctica todas las enseñanzas espirituales, y de corregir los errores cometidos en la vida anterior para poder alcanzar después el conocimiento que permite el dominio del espíritu sobre la materia.
La reencarnación es un mecanismo que certifica la justicia divina, el amor de Dios, porque siendo Él un Padre amoroso ¿Cómo podría ofrecernos una sola oportunidad de vida para salvarnos o condenarnos? El promedio de vida humana es ahora de ochenta años ¿Qué representa este lapso frente a la eternidad? Si no existiera la posibilidad de reencarnar, se desprendería de por sí el pensamiento de un Dios inicuo e injusto…

lunes, 28 de julio de 2008

VIVIR EL PRESENTE

Difícilmente el ser humano se centra en vivir el momento presente. Por lo general, vivimos desgarrados entre el pasado y el futuro, dimensiones que ya pasaron o que no han llegado todavía, mientras la única real es la presente.
Observa tus procesos mentales, trata de identificar si en tus pensamientos hay culpabilidad o resentimiento ¿experimentas rabia, frustración, angustia o auto compasión? El tomar conciencia de alguno de estos sentimientos es indicio de que estás viviendo fuera de la realidad temporal, reforzando una falsa percepción de ti mismo.
Hay hechos pasados que siguen atorméntanos, y que llevamos a cuesta, cargas demasiado pesadas para nuestra psique, lastres que impiden nuestro desarrollo y que debemos soltar.
Ustedes dirán que esto es fácil de decir, y tienen toda la razón. No, en muchos casos no es fácil desprenderse de estos pesos sin la ayuda de un profesional.
El primer paso hacia la sanación es tomar conciencia de que necesitamos ayuda.
Tomamos el caso de un adulto que siendo niño fue maltratado. Es obvio que las heridas están ahí, dirigiendo el desempeño de este ser. Porque, en el fondo de sí mismo, mientras no cura debidamente al niño herido que lleva adentro, nunca será un adulto sano. El sentimiento de dolor e impotencia, siempre lo acompañará, dirigiendo todos sus pasos, haciéndolo vivir en el miedo y en la duda. Porque, el que está asustado antes de una exposición, o de una reunión de trabajo no es el adulto profesional, sino el niño rechazado o maltratado. La suspicacia que experimenta al entrar en un grupo nuevo, o las dudas antes de declararse a la mujer que le gusta, son simplemente los miedos de aquel niño que necesita desesperadamente ser aceptado, pero teme no serlo. Los celos, lejos de ser una demostración de amor, lo son de inseguridad, de dudas interiores. Si soy un ser humano conciente de mis capacidades y mis virtudes (y también de mis defectos) ¿Por qué dudar del amor de mi pareja? Si dudo, es porque no soy conciente de mi mismo, no me siento digno, por ello llego a ver fantasmas hasta donde no los hay.
Hay hechos pasados que nos hacen temblar en cuanto el recuerdo se asoma a nuestra mente, por ello nos apresuramos a rechazarlos, a tratar de mantenerlos en una zona oscura, tratando de no verlos. Es lo mismo que esconder al gato muerto en lo más alto del armario, porque lo quisimos mucho y no tuvimos el coraje de enterrarlo. Podemos no verlo, pero al pasar al lado del mueble, el hedor nos causará nausea, hasta que decimos enfrentarnos con los restos del animal y lo sacamos de nuestra vida.
Los recuerdos amargos son como ese gato, y aunque no estamos conscientes de ello, a veces los queremos, sencillamente porque nos ayudan a mantener cierta actitud de desamparo. Por eso, repito, el primer paso es tomar conciencia, y la mejor forma de hacerlo, es escuchar los mensajes de las personas que nos quieren, si insisten en la necesidad de un cambio, es porque ellos están viendo algo que no somos capaces de ver en nosotros mismos.
La única forma de desterrar malos recuerdos es enfrentarse a ellos. Lejos de rehuirlos cuando vuelven a la mente, lo más sanos será revivirlos y afrontarlos, y finalmente darle su justa dimensión temporal, comprendiendo que de nada sirve arrastrarlos, como no sea para amargarnos el resto de nuestra vida. Hay hechos que podremos manejar solos, y para otros, desde luego, necesitaremos la ayuda de un profesional. No se le puede pedir a un ser que fue violado cuando era niño, por ejemplo, que se enfrente al hecho, porque sencillamente, solo, sin ayuda, no podría revivir aquella horrible carga de dolor. Pero, por paradójico que parezca, nunca aceptará el hecho como ineludible mientras no lo reviva y no le de su dimensión de “pasado”.
Es como echarle alcohol a una herida que de por sí ya arde, pero es la única forma de desinfectarla, si queremos que sane.
Por otra parte, hay personas que viven en el futuro, dejando escapar los momentos mágicos que nos ofrece el presente.
Estos seres serán felices cuando se gradúen, cuando se casen, cuando tengan apartamento o auto propio, cuando… luego, al futuro, después de… ¿Y mientras tanto?
Es sabio trabajar teniendo objetivos, más no vivir en función de éstos. Será magnifico tener apartamento propio, siempre y cuando, para obtenerlo, no nos privemos durante años de una vacación, de cambiar el abrigo, o hasta de visitar a seres queridos porque el desplazarnos implica gastos. Hay que tener una conciencia clara de “QUE” nos estamos perdiendo en este trayecto, pues nadie nos garantiza que seremos felices al alcanzar la meta… o simplemente si estaremos vivos para gozarla. Lo único seguro que tenemos es el momento presente.
Y finalmente, hay seres humanos que viven preocupados. Siempre tienen algo suficientemente válido para mantenerse ansiosos, proyectados hacia un futuro imaginario: la salud de sus familiares, el ruidito raro del motor del auto, la comida que prepararon para recibir a los invitados, el hijo que se retraza al llegar y no llamó por teléfono, el estornudo del bebé, el amor de su pareja… Cualquier excusa es buena.
Pre-ocuparse, significa ocuparse por anticipado de algo que todavía no ha sucedido… y que quizá, nunca llegue a suceder. Sin embargo, los preocupados crónicos trabajan activamente para que suceda, empleando para ello toda su imaginación y toda su energía mental. Por esto, en cambio de malgastar energías en creaciones negativas, ocupémonos de vivir el presente, tratando de sacarle un alegre provecho a cada minuto, aceptando las pequeñas-grandes cosas que nos ofrece la vida a diario, y demos las gracias por ello.

martes, 22 de julio de 2008

PENSAMIENTOS POSITIVOS

AFIRMACIONES POSITIVAS

Nuestra mente siempre está hambrienta de información, es una máquina que fabrica pensamientos sin descanso y nunca rechaza lo que le ofrecemos para guardar palabras, frases o imágenes. Al igual que un disco duro, se limita a almacenar, aún los pensamientos nocivos.
Vivimos afirmando constantemente, cada vez que pensamos o hablamos sobre algo, lo grabamos en nuestro subconsciente y nos apresuramos –sin darnos cuenta– a actuar en base a este patrón de creencias. Es así como atraemos automáticamente a nuestra vida situaciones positivas o negativas.
Nadie convendrá en que ciertas situaciones desagradables son fruto de sus propias creencias, pero así es. Los pensamientos son energía sutil que se cristaliza en forma invisible y, según su intensidad, pueden llegar a pesar toneladas. Metiste el currículo en una empresa, y te llaman para una entrevista. En el noventa por ciento de los casos, lo que llega a la mente es lo siguiente: no tengo suerte, no me seleccionarán, seguro que le darán el cargo a otro, la entrevista saldrá mal me conozco, no daré las respuestas acertadas siempre es así… Afirmaciones negativas que determinarán el resultado… Aunque tu no lo creas, aparte de estar grabadas en tu subconsciente, están a tu alrededor, brillando como gigantescas luces de neón. Esta es la imagen que ofreces a los demás, mientras, al mismo tiempo, estás nutriendo a tu inconsciente con frustración y desaliento. Nosotros somos el resultado de nuestros pensamientos, y mientras construyamos imágenes de fracaso nuestra vida será un fracaso.
Si tenemos el gran poder para modificar este mecanismo, ¿por qué entonces no programar nuestra mente para ello?
Mi objetivo, es ayudarte a desarrollar un código de pensamientos positivos concientes, afirmaciones a repetir hasta grabarlas y hacerlas tuyas.

AFIRMACIONES:

1) Yo …(pronuncia tu nombre) soy un ser hecho a imagen y semejanza de Dios, soy único y muy valioso.
2) Tengo capacidades muy especiales, gracias a Dios por regalarme estos dones.
3) Gracias a Dios por darme facilidad para aprender, abundancia en sabiduría, conocimientos e inteligencia.
4) Yo soy un imán para atraer dinero, éxito y prosperidad. Gracias por ello te doy Dios mío.
5) Mi vida está llena de energía positiva, de luz, amor y paz.
6) Tengo excelente salud, todos los órganos de mi cuerpo están sanos.
7) Estoy rodeado de amigos que me quieren y me aprecian.
8) Nunca me falta trabajo, todos reconocen mis capacidades y todos los días son exitosos para mí, doy gracias a Dios.
Escoge alguna de estas oraciones, aquella con la que te sientes identificado, y repítela como un mantra. Cuando puedes, y con los ojos cerrados, repite tu afirmación, imaginando como actúa en ti, viendo los cambios en tu entorno. Y aunque no lo creas, de a poco tu vida cambiará.
Una de las bases de la psicología clínica es la siguiente: no importa que sea verdad o mentira, lo que importa es que la mente se lo crea. Debemos entonces convencer a nuestra mente de que somos seres exitosos, sanos y populares, y automáticamente comenzaremos a comportarnos como tales. Con solo repetir tantas veces como deseamos las frases anteriores, (u otras que tú mismo puedes construir) puedes modificar esquemas y creencias y llenar tú inconsciente con mensajes positivos, borrando los antiguos patrones de negatividad que tanto daño te han hecho.
Aprende a modificar tus pensamientos, utiliza frases positivas, y nunca inserte un “no” en las afirmaciones. Ejemplo, no digas: no me faltará nunca nada, sino: siempre tendré abundancia en mi vida.
Por increíble que parezca, te acostumbrarás a pensar, hablar y actuar en forma positiva.
Ni siquiera imaginas la magnitud del cambio en tu vida…

REGRESIONES: UN VIAJE DEL PRESENTE AL PASADO

El tema de las regresiones a vidas pasadas siempre despierta curiosidad y aprensión a la vez. En general, pocos tienen información veraz al respeto, por ello muchos mitos han surgido alrededor de esta práctica.
Las regresiones son repasos de nuestras anteriores encarnaciones, para buscar lazos que las unen a la vida actual, y encontrar explicación a cosas que de otra forma no la tienen. También es una forma de ver la trayectoria de nuestra alma, y tratar de averiguar hacia donde nos dirigimos en el presente, teniendo siempre como objetivo ampliar nuestra conciencia.

A través de las regresiones, puede observarse como nuestro presente está inevitablemente ligado con acciones (acertadas o no) cometidas en vidas anteriores. Es posible que arrastremos recuerdos profundos de tragedias, muertes, enfermedades, fracasos, suicidios, pérdidas, divorcios etc. que, sin darnos siquiera cuenta, afectan nuestro proceder presente. Al descubrir esta dinámica oculta, es viable tomar medidas efectivas para romper estos patrones, y mejorar considerablemente nuestras relaciones actuales y en general, nuestra vida entera.
¿Qué son y como funcionan las regresiones?
Para comprender el mecanismo curativo, es necesario tener claro el proceso reencarnatorio. Nosotros somos almas que, a través del tiempo y de las numerosas encarnaciones, hemos ido afinando nuestro espíritu, evolucionando, en mayor o menor medida, cada vez que dejamos este plano físico. Antes de volver a nacer, preparamos un plan donde decidimos cuales aspectos trabajaremos para seguir progresando, y para ello escogemos el entorno, las condiciones económicas y los personajes que nos ayudarán a tener este aprendizaje. Es un poco como escribir el libreto de una película para su grabación. Una vez en este estado humano, sin embargo, y oculto todo este diseño por el velo del olvido, entra en juego el libre albedrío, que puede hacernos desviar del mismo. Nosotros mismos decidimos quienes serán nuestros padres, hermanos, hijos, en fin, todas las personas con las cuales nos relacionaremos en la futura encarnación, así como situaciones, encuentros, momentos en que éstos se darán, etc. Un plan completo, diseñado para trabajar aspectos necesarios para nuestro progreso espiritual. Si en vidas pasadas fuimos autoritarios y represivos, por ejemplo, venimos a trabajar el respeto al libre albedrío de los demás. Con certeza, la persona a la que estuvimos reprimiendo reencarnó a nuestro lado, tal vez invirtiéndose los roles (por ejemplo, si fue nuestro hijo, ahora puede volver como nuestro padre), y nosotros, por medio de esta nueva oportunidad, debemos realizar este aprendizaje, ojo, no viéndolo como karma, sino precisamente como aprendizaje. Si en una encarnación anterior alguien nos hizo daño, volvemos a nacer escogiendo tener cerca a esta persona, con la intención de trabajar el perdón, y él (o ella) su parte correspondiente. Se puede dar el caso que esta persona nazca como hijo, de allí que a veces ciertos padres sientan algún tipo de inexplicable rechazo por uno de sus hijos. Evidentemente, si el que hoy es nuestro vástago, en una vida pasada fue un opresor, en el alma quedó grabado el recuerdo, y ¿cómo no sentir recelo, si nos ligan inconscientes lazos de miedo hacia este ser? Sin embargo, no podemos saber qué está pasando, si no recordamos nuestras vivencias anteriores. Lo mismo puede suceder con los sentimientos de fracaso y abandono. El aferrarnos desesperadamente a una pareja que ya no nos quiere, puede ser un resabio de relaciones pasadas, donde el patrón recurrente fue el abandono. O el pensar siempre en forma negativa, puede esconder la inconsciente evocación de desengaños recurrentes. También hay dolores físicos a los cuales la medicina no les encuentra una explicación lógica, y sólo son recuerdos muy profundos de heridas sufridas en otras encarnaciones.
Otro aspecto a tener en cuenta, son las situaciones repetitivas. Si en el transcurso de nuestra vida nos encontramos en un mismo escenario una y otra vez, evidentemente ahí hay algo que debemos trabajar, y mientras no lo hacemos, este patrón seguirá repitiéndose.

Revivir traumas pasados y removerlos, dándole su justa dimensión, es la única forma de superarlos y enfocarnos en mejorar nuestro presente.

Uno de los mitos relacionados con las regresiones, es el peligro de quedarse “enganchados” en una vida anterior, y no poder volver a la actual. Nada más lejos de la verdad. Como acostumbro explicar en las consultas, una regresión es como ver una película de algo que ya pasó. Imagínese la grabación de su último cumpleaños ¿Hay peligro de que, al verla, se quede atrapado en ella? Trabajando con relajación profunda, más no con hipnosis, la mente conciente del paciente siempre está presente -si bien como observador-, siempre tiene el dominio de la situación, y puede decidir en todo momento si seguir enfrentando los recuerdos, o interrumpir la terapia. Al finalizar la sección, recordará de principio a fin la experiencia vivida.

En mis años como terapeuta regresionista, he asistido casos fascinantes de reencuentros familiares o de parejas, preparados con la finalidad de sanar contextos de injusticias, y he visto como mejoran las relaciones del paciente con su entorno, solamente con repasar antiguas experiencias, por medio de las cuales entendieron el por qué de los erróneos patrones de comportamiento actual. También he observado curaciones “milagrosas” solo con revivir situaciones anteriores, donde se toma conciencia de la raíz del padecimiento.


Sería absurdo afirmar que las regresiones, tanto a la parte de la infancia como a vidas anteriores, son la panacea para curar todos los males, pero sí son una valiosa herramienta para resolver muchas situaciones gravosas que no tienen explicación lógica en nuestra vida actual, para adquirir más seguridad y una nueva perspectiva de futuro.

VIDA EXTRATERRESTRE

Mucho se ha hablado sobre la presencia de vida en otros planetas. Las especulaciones han sido infinitas, que si los enanitos verdes, los gig...