lunes, 28 de agosto de 2017

Almas que no descansan



Sientes que te falta energía, tienes una menor capacidad de concentración, y deseas estar constantemente a solas. Duermes más de lo normal y sientes que cada día que pasa pierdes una parte de ti mismo. En circunstancias normales, cualquier medico te diagnosticaría un cuadro severo de depresión. Podrías tener un espíritu adherido a tu cuerpo.
Muchos expertos aseguran que las almas perdidas, que han optado por permanecer en nuestro reino, necesitan energía para sobrevivir. Algunas de estas entidades pueden aprovechar la energía de dispositivos electrónicos y fuentes electromagnéticas naturales, pero otras entidades aprovechan la energía de los vivos. Y esto siempre ocurre cuando nos encontramos en momentos complicados de nuestras vidas, cuando nuestras defensas están más bajas, aferrándose como autoestopistas fantasmales. En los casos más leves, los seres del mas allá pueden utilizar esta energía para causarnos un daño irreparable en nuestras vidas, pero en los peores casos podrían llegar a tener el control de sus víctimas.
¿Qué son estos espíritus?
Desde hace siglos, médiums y psíquicos son conocedores del fenómeno llamado apego espiritual, entidades que se adhieren a nuestro ser durante un tiempo indeterminado. Pero sólo ahora se ha convirtiendo en el centro de atención, debido principalmente al aumento de extraños comportamientos en las personas que parecen cambiar su forma de ser por completo.
Esto ocurre cuando una persona convive con la energía de un espíritu de una persona o entidad ya fallecida. En la mayoría de los casos pueden convertirse en la peor de las pesadillas, incluso pudiendo dañar la salud física y mental.
¿Por qué los espíritus quieren adherirse a nosotros?
Puede haber muchas razones por las que se produce una unión espiritual, pero generalmente muchos espíritus intentan buscar el consuelo, volviendo a vivir algunos de los aspectos físicos de la vida. Otros están confusos y no se dan cuenta que están muertos y quieren estar cerca de una persona viva. En este caso, simplemente desean ponerse en contacto con los vivos en busca de ayuda, sin ninguna intención de hacer daño a la persona a la que se ha unido.
Otros espíritus y entidades buscan deliberadamente la energía de las personas viva. Estas entidades pueden tener diferentes nombres, pero básicamente se alimentan de la energía emitida por las personas en el mundo físico. Estos espíritus son conocidos como parásitos astrales, ya que “roban” enormes recursos de una persona viva y drenan su energía.

¿Qué personas pueden tener mayor riesgo de sufrir una adhesión espiritual?
Aquellos que practican actividades ocultistas o espirituales podrían ser más propensos a una adhesión por parte de espíritus. Como hemos comentado en diversas ocasiones, juegos como la ouija son portales que permiten la entrada a ciertas entidades, con el único objetivo de causar un daño irreparable a sus víctimas.
Tampoco nos debemos olvidarnos de las personas que tienen problemas emocionales o de salud, ya que su protección natural energética se reduce. Personas con un historial de abuso de drogas o alcohol se encuentran constantemente en riesgo de adhesión espiritual. Las drogas y el consumo excesivo de alcohol no sólo disminuye el aura natural del cuerpo, también causan brechas en su escudo protector y en la propia psique. Muchos expertos creen que las alucinaciones causadas por las drogas o el alcohol pueden ser en realidad espíritus del más bajo astral.
Tipos de espíritus o entidades que pueden adherirse a una persona
Los espíritus humanos son aquellos que quedaron atrapados o bien optaron por permanecer cerca de la dimensión física. En algunos casos debido a experiencias traumáticas pero otros son espíritus negativos que decidieron quedarse en el plano terrestre, aparentemente causando el miedo entre los vivos. Estos espíritus no son entidades demoníacas, sin embargo, pueden llegar a ser muy peligrosos y la adhesión de una de estas entidades podría causar un daño en nuestras vidas.
Las entidades no humanas son energías que no han llegado a encarnarse en el reino físico. Algunos son benignos, otros extraños y desconocidos, pero no necesariamente negativos. Las formas más comunes o los nombres frecuentes para este tipo de entidades no humanas son “sombras”, “gente de la sombra” y “demonios”.
Los elementales son seres espirituales que en ocasiones se confunden injustamente con otras entidades. Desafortunadamente, los elementales son atraídos con frecuencia por los campos de energía humana. En su forma original, los elementales no son negativos, sin embargo, si se invocan en prácticas ocultas negativas, pueden llegar a transformar su propia energía en negativa. Además, en los lugares donde la gente ha cometido actos de violencia extrema, los seres elementales pueden absorber estas energías. Lamentablemente, muchos elementales terminan en los planos astrales inferiores debido a que son corrompidos por la energía más negativa de los seres humanos.
Señales de un apego espiritual y cómo protegerse
Hay varios niveles de apego espiritual que una persona puede experimentar. Comienza con la simple presencia del espíritu. Algunas personas aseguraron tener la sensación de no estar solos, como si fueran seguidos y vigilados por una presencia invisible. Este nivel también puede producir fenómenos paranormales tales como extraños golpes, misteriosas voces y otros sonidos inexplicables. Hay casos donde las personas han informado ver una niebla o nube negra amenazante cerca o por encima de ellos
En el siguiente nivel, el espíritu comienza a ser más intenso. En estos casos, las personas pueden sentir cambios de humor irracionales, depresión y sentimientos de ansiedad. En las etapas finales, el espíritu se adhiere a su víctima, causándole pesadillas frecuentes y dolor en las articulaciones.
Llegados a este punto es importante recordar que antes de pensar que has sido víctima de una adhesión espiritual es necesario descartar cualquier problema médico. Una vez que estemos seguros de que podemos ser víctimas de este fenómeno, lo primera que debemos hacer para la protección es empezar con buena salud. Un cuerpo sano, una mente sana y equilibrada son las bases sólidas de cualquier defensa. La razón es que los espíritus negativos tienen una tasa de vibración baja, pero la energía positiva y saludable, vibra mucho más alto.
Pero cuando una persona ha sido adherida por un espíritu es importante que sea tratado por profesionales cualificados, ya que su vida podría estar en peligro. También es importante recordar que la adhesión espiritual no tiene nada que ver con las posesiones demoníacas, porque lo que no es necesario realizar ningún tipo de exorcismo para liberar a la persona afectada.
tomado de  mundo esoterico paranormal


lunes, 24 de abril de 2017

Las cosas que más energías nos quitan


Una serie de hábitos y comportamientos que adoptamos se convierten en agentes que menoscaban nuestra salud y nuestro equilibrio.
El peso de las quejas
Muchas personas han convertido en hábito el hecho de quejarse por... prácticamente de todo. Cualquier razón o pretexto es suficiente para proferir la queja o el grado de insatisfacción ante algo o alguien. El desenlace de esta cadena de quejas es que acabamos, inconscientemente, centrando una gran parte de nuestra energía en localizar nuestro siguiente motivo de queja, algo que nos reporta pocas satisfacciones, lógicamente.
La desorganización
Así es. El desorden continuo obstaculiza tu equilibrio, ya que el caos de tu hogar te obligará, por una parte, a invertir un precioso tiempo buscando aquello que deseas localizar y, por otro, tu cerebro permanecerá en un estado de incertidumbre todo el tiempo. Esta desorganización implicará un cansancio extra cuando llegue el final del día. Otra pizca de energía que se nos va sin darnos cuenta. De ahí que sea recomendable que nuestro hogar esté limpio y ordenado para que todo fluya con facilidad.


Preocuparse sin motivo
Adelantarse a los acontecimientos y añadir todo el abanico de posibilidades o consecuencias que nos puede dar una situación solo añade estrés y ansiedad completamente innecesarios. Cuando algo no ha sucedido todavía no tenemos por qué gastar tanta energía en preocuparnos, puesto que es probable que que esos efectos negativos finalmente no ocurran o no salgan como nosotros pensamos. Lo mejor, es centrarse en lo que sucede en el momento y enfrentarse a esas consecuencias cuando lleguen -si es que finalmente llegan
No dejes para mañana...
Lo que puedas hacer hoy. El refrán popular viene como anillo al dedo para asociar otro de los agentes que más energía nos roban cada día. Así, aplazar tareas pendientes y acordarnos de que tenemos esos quehaceres en cola, es casi más extenuante para nuestro organismo que decidirse y ponerse manos a la obra. Menos tensiones.
Tener el valor de decir 'no'
Hay muchas personas que, ya sea por hacer sentir bien a los demás, por pena o por miedo al rechazo, acaban con una torre infinita de tareas que les acarrea un gran cansancio, tanto físico como mental; pero, tu tiempo, es igual de valioso que el de los demás, por lo que deberías asegurarte de tener tiempo para ti, tus aficiones y tu familia. Igual de importante es descansar. A pesar del ritmo de nuestra sociedad actual hay que hacer también del descanso un hábito saludable.
Guardar rencor
Los sentimientos de rencor y odio consumen nuestra energía lenta pero incansablemente. De hecho, si no nos libramos de ellos con los años pueden acabar desencadenando enfermedades, pues no olvidemos lo importante que es la salud mental. Con ello, hay que ser resueltos, pasar página y tomar las decisiones pertinentes. Si nos equivocamos, debemos recordar siempre que nuestros errores forman parte del aprendizaje y cimentan la persona en la que nos convertimos
 

sábado, 29 de octubre de 2016

Cerrando círculos




Llega un momento en nuestra vida en donde debemos cerrar ciclos, salir del círculo donde permanecemos estancados y no podemos avanzar. Puede ser una relación ya acabada, un trabajo que no nos permite evolucionar, la permanencia en un sitio de nos oprime, el compartir con personas toxicas de las que no tenemos el coraje de alejarnos.
¿Qué nos mantiene atados a situaciones obsoletas? Principalmente el miedo al cambio, el no saber que no puede deparar el futuro, y entonces pensamos “mejor lo malo conocido que el bueno por conocer”, un dicho tan perverso al que nos aferramos para justificar nuestra cobardía. La verdad es que si algo nos tiene amargados y oprimidos ¿qué puede ser peor que esto? La rutina es otra cosa que frena el cambio. La  repetición casi automática de las acciones cotidianas adormece, acuna, y cuando abrimos los ojos, tal vez sea demasiado tarde para realizar cambios. Y otra poderosa razón, hay que admitirlo, es la comodidad. Si se analiza a fondo la situación que causa amargura, se encuentra algún tipo de recompensa (por lo general, está relacionada con la parte económica). Una recompensa maligna y retorcida, pero ahí está, y esta zona de confort  impide ponerle fin a la situación.  
Hay algo indudable: con el paso del tiempo, cuando la hora de vivir ciertas cosas pasa, llega el arrepentimiento.  Porque nos damos cuenta de que por un miedo sin fundamento, por inercia rutinaria y por comodidad, hemos pagado un precio demasiado alto, dejamos pasar buenas oportunidades que ya no volverán. Por esto debemos aprender a  tiempo  a voltear la página, dejar atrás relaciones destructivas y seguir adelante, aunque los primeros tiempos puedan ser duros. Dejar ir, desprenderse, soltar este capítulo de nuestra vida que ya hace parte del pasado, ¡esto es evolucionar! Cerrar  puertas hacia el pasado y enfocarnos en el presente, un presente que puede ofrecernos un millón de cosas buenas, si solo estamos dispuestos a arriesgarnos.

martes, 13 de septiembre de 2016

VOCABULARIO DE LA VIDA:


Adios: es cuando un corazón que se va, deja la mitad con quién se queda.
Caridad: es cuando una persona tiene hambre y compartimos con ella la única galleta que tenemos.
Celos: es cuando el corazón se retuerce porque no confía en sí mismo.
Cordialidad: es cuando amamos mucho a una persona, y tratamos a todos los demás como a ella.
Evolución; es cuando avanzamos y sentimos el deseo de buscar a los que van quedando atrás.
Hijos: es cuando Dios pone una joya muy en nuestras manos y nos recomienda cuidarla.
Ternura; es cuando alguien nos mira y sus ojos brillan como dos estrellas.
Envidia: es cuando una persona todavía no descubrió que puede ser mejor que otra,
Lealtad; es cuando una persona prefiere morir a traicionar a quién ama.
Lágrimas: es cuando un corazón triste pide a los ojos que hablen por él.
Nietos; es cuando Dios envía ángeles para alegrar a los abuelos.
Simplicidad: es el comportamiento de quién comienza a se sabio.
Soledad; es cuando estamos rodeados de gente, pero nuestro corazón no ve a nadie alrededor.

lunes, 15 de agosto de 2016

Cuando la ignorancia critica...


Cuando la ignorancia envidia y critica, la inteligencia, calla, escucha y se ríe. Porque al fin y al cabo, la enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia.En ocasiones, quien guarda silencio ante la crítica, la envidia o la provocación, no es por falta de argumentos ni valentía. Lo que ocurre es que cuando la ignorancia habla, la inteligencia calla, ríe y se aleja.

Ahora bien, todos sabemos que conservar la calma y la templanza cuando recibimos una crítica o un reproche no es precisamente fácil. Tanto es así, que según un estudio publicado en la revista “USA Today“, un 70% de las personas se sienten heridas ante una crítica, un 20% la encara y la rechaza con ira y solo un 10% reflexiona sobre ella y la deja ir cuando esta no responde más que a la simple ignorancia.na de las razones por las que nos cuesta tanto aceptar las críticas es porque las personas necesitamos sentirnos aceptados y reafirmados. Un reproche es la pérdida de ese sutil equilibrio personal hilado por el orgullo. Ahora bien, cuando una crítica tiene como sustrato la más profunda de las ignorancias, no hay riesgo alguno para nuestro autoconcepto.


Todos deberíamos asumir que hay discusiones que no valen la pena. Cuando hay oídos que no escuchan y mentes pequeñas donde no caben las explicaciones, es mejor callar, reír y dejar ir.La ignorancia es la semilla de la intolerancia

¿ a qué nos referimos con ignorancia? No estamos hablando de falta de cultura o de conocimientos. La ignorancia más perniciosa es aquella que carece de cercanía, de empatía y sensibilidad para ponerse en la piel del otro, y donde además, gusta de emitir juicios de valor cargados de desprecio.El nivel más elevado de ignorancia se practica cuando rechazamos algo de lo que no sabemos nada. Cuando aún sabiendo que nos faltan datos o informacion, preferimos dedicar esfuerzos a mantenernos en nuestra posición que a obtenerlos. Todas estas actitudes no son más que la semilla de la intolerancia, de la falta de civismo, algo que muchos de nosotros hemos experimentado alguna vez en piel propia.

Lo más complejo de todo esto es que en ocasiones, la ignorancia se practica en nuestras esferas más cercanas. En esos padres, en esas madres y otros familiares cercanos, que juzgan al resto sin saber, sin molestarse siquiera en conocer qué intereses o necesidades tienen los demás. En estos casos esta intolerancia sí duele, la crítica duele y la ofensa sangra.Sin embargo, con el tiempo las heridas se curten, uno madura y entiende por fín muchas cosas. Entiende que las personas no cambian, y que quien no ha querido dar el paso de la ignorancia al conocimiento es porque no quiere. Ante estas conductas no queda otra más que asumir la batalla perdida y mantener la dignidad que propicia que nuestra alma esté tranquila. Esa que entiende que al final es mejor callar, sonreír con inteligencia y poner distanciaCuando la inteligencia se ve obligada a reaccionar

No siempre es posible ni acertado elegir el silencio ante el desprecio y el agravio. En ocasiones, la inteligencia se ve obligada a reaccionar para defender su integridad. Lo hace porque a veces es necesario alzar la voz de forma asertiva, segura y valiente para dejar claros dónde están nuestros límites.

Veamos ahora en qué situaciones es conveniente reaccionar:

Ante los manipuladores. Cuando la voz de la ignorancia cruza la frontera del respeto y hace uso del menosprecio para definirse a sí mismo y adquirir poder, hay que actuar.

Jamás hemos de permitir que un manipulador asuma el control. Para ello, hay que cortar cuanto antes sus comentarios, sus desprecios y sus ironías afiladas al menor indicio. Hay que dejar muy claro que jamás deben dirigirse a nosotros en esos términos dañinos..Otro tipo de perfil que abunda en exceso son los humilladores profesionales. Son personas que buscan humillarnos tanto en público como en privado porque así, adquieren poder. En ocasiones, tras esta conducta también puede existir como raíz la envidia.

Al humillador no se le vence humillándolo, ni gritándole ni aún menos con la violencia. Lo que le vence es la indiferencia al descubrir que no tiene ningún poder sobre nosotros. Le dejaremos bien claro lo que pensamos de su conducta una vez. Lo haremos de forma rotunda y manteniendo la mirada, siendo muy asertivos.

Más tarde, si continúa con su actitud, le demostraremos que no nos afecta lo que haga o lo que diga, que carece de influjo alguno sobre nuestra persona.

Para concluir, todos sabemos que la ignorancia más dañina es una semilla que siempre abonará nuestros senderos vitales. Ahora bien, solo es mala hierba. Piensa bien antes qué batallas merecen ser libradas y cuáles no, porque lo importante es no perder nunca nuestra paz interior, nuestra calma.

Sé hábil, sé prudente y comprende que las mentes pequeñas jamás entenderán de grandes sueños, y que hay oídos sordos donde no caben las palabras inteligentes.
tomado de la mente es maravillosa

domingo, 26 de junio de 2016

No dejes de hacer lo que te dicta tu corazón, pues con el pasar de los años, verás que por pensar en el "que dirán", dejaste que muchos se aprovecharan de tí y tus sentimientos.
Enza Scalici.

domingo, 1 de mayo de 2016

Causa y efecto




Ni castigos ni recompensas, sólo consecuencias.
Hay demasiada gente que prefiere recibir las consecuencias derivadas de sus cosas mal hechas como si fueran un castigo divino, un regalo envenenado del karma, o algo inevitable por destino, en vez de tener la honradez y la decencia de asumir de frente, sin esconderse y sin negar su responsabilidad, las consecuencias de las cosas que hizo o las que dejó de hacer.
No es serio eso de pensar que hay “alguien”, sea quien sea, o “algo”, que se dedica a seguir tratándonos como niños pequeños a los que se les premia si hacen algo bien y, por el contrario, se les castiga cuando hacen algo mal.
Todos los actos, por acción o por omisión, tienen una consecuencia. Es la Ley de Causa y Efecto. Toda causa tiene un efecto. Toda acción u omisión tiene también una consecuencia.
hay personas que se escudan en que no han hecho algo –aunque mejor dicho es que “han tomado la decisión de no hacer algo”, y eso ya es hacer algo: ya han tomado la decisión de “no hacer”- y por lo tanto no tienen por qué tener una penalización. No hay que olvidar que existe el pecado por omisión, y que existe el delito por omisión, por tanto “no hacer” está mal o está penado. (Una definición del pecado de omisión es “el bien que podemos hacer y no hacemos”. Frasecita para reflexionar…)
Ahora estamos aquí, o sea que estamos en el Aquí y Ahora.
Quien hace algo que no es lo adecuado va a obtener por ello un resultado, y no es un castigo, sino una consecuencia que probablemente no va a ser agradable.
Y si lo hace bien no va a tener por ello una recompensa sino una consecuencia lógica que va a ser agradable.
Una consecuencia es un hecho que resulta de otro. No es necesario que haya un Juicio Final que valore lo que es correcto y lo que no –lo que está bien y lo que está mal, para entendernos-, ni es necesario, para todas las circunstancias, esperar hasta la próxima reencarnación para pagar algo que se produzca en ésta, ni hace falta llegar hasta el Tiempo de los Arrepentimientos cargado de motivos por los que penar.
Es hoy, en este instante, en este momento siempre a punto de extinguirse, cuando uno tiene que obrar del modo adecuado que le procure la satisfacción de lo bien hecho, que le deje el alma en paz –aún cuando se equivoque-, y que lo pueda dar por extinguido sin necesidad de arrastrarlo inconcluso durante el resto de su vida.
No hay castigos por parte de un juez cruel y sanguinario, y no siempre por lo que se hace se acumula un mal karma para más adelante: es en esta vida donde se ha de gozar o padecer los resultados de los actos. Y esos resultados se derivan de los hechos. Bueno… esta es mi opinión.
Obra con buena intención –aunque te equivoques-, y eso será tenido en cuenta a la hora de los resultados que recibirás por ello.
Pero tenlo claro y no culpes a nadie por ello: lo que siembras, recoges.
"tomado de soy espiritual"

VIDA EXTRATERRESTRE

Mucho se ha hablado sobre la presencia de vida en otros planetas. Las especulaciones han sido infinitas, que si los enanitos verdes, los gig...